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Torre de la Pólvora o Mihulka del Castillo Praga, República Checa |
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La torre de la Pólvora o Mihulka del
Castillo de Praga está en el Castillo de Praga y de cuya fortificación
formaba parte.
A través de su larga historia la Torre Mihulka también
ha sido denominada Torre Nueva, Torre Redonda, e incluso Laboratorio.
Para adentrarnos en los orígenes de Mihulka debemos remontarnos
al siglo XV, época en que el entonces rey de Bohemia, Ladislao
de Jagellón, mandó construir un nuevo sistema de fortificaciones
en la parte norte del castillo, que incluía tres torres: las
hoy conocidas como Daliborka, la Blanca, y la ya mencionada Mihulka,
unidas entre sí por una muralla.
El autor de la torre Mihulka - cuyo nombre se deriva de la palabra
checa mihule, género de peces que en aquel entonces se vendían
en las cercanías de la misma - fue el célebre arquitecto
del renacimiento checo, Benedikt Ried, cuyo nombre está relacionado
también con la majestuosa Sala de Ladislao, en el Palacio Real.
La Torre Mihulka era la más potente de la torres de artillería
construidas para proteger el Castillo de Praga de los eventuales ataques
por la parte norte. La necesidad de construir este nuevo sistema de
fortificación se hizo patente tras el invento del cañón,
dado que ya no resultaba suficiente la protección que hasta
entonces le había brindado al castillo el foso natural que
rodeaba su parte norte, denominado Foso del Ciervo. Pese a que el
arquitecto Ried inventó un sistema muy ingenioso de distribución
de los cañones en dos plantas, es una paradoja histórica
el hecho de que de las troneras de la torre Mihulka nunca haya sido
disparada bala alguna. En el año 1569, en la torre Mihulka
instaló su taller el conocido fundidor de campanas, Tomás
Jaros, autor de las campanas de la Catedral de San Vito, y de la famosa
Fuente Cantante ubicada en el Jardín Real del aledaño
Palacete de Verano de la Reina Anna, conocido como Belveder. Durante
el reinado del emperador Rodolfo II de Habsburgo - quien, dicho sea
de paso, fue educado en la corte española de su tío
Felipe II, y era gran admirador del arte y de la entonces tan popular
alquimia- la torre Mihulka sirvió de taller a los alquimistas,
y a más de un astrologo y astrónomo de su corte.
Más tarde la torre Mihulka fue convirtida en depósito
de pólvora, y de allí uno de sus nombres. Y a mediados
del siglo XVIII instalaron en ella su taller los campaneros de la
Catedral de San Vito.
En la década del 70 del presente siglo, la torre Mihulka del
Castillo de Praga fue sometida a una reconstrucción general
con el objetivo de adaptar sus recintos en museo de la cultura, el
arte, y la ciencia de la época rudolfina, es decir, de fines
del siglo XVI y principios del XVII, período de pleno florecimiento
del renacimiento en Bohemia.
Fuente:
http://archiv.radio.cz |
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